el país de los gatos


Un gato puede ser el deseo de una niña, un incordio si aparece de la nada, o el desencadenante de una serie de malentendidos si desaparece. Quizá incluso puede ser el detonante de algo mucho más grande. ¿Un gato? ¿Eso es todo lo que se necesita para hilar una trama? Tal vez no, pero fue todo lo que necesitó este escritor para presentarnos la historia de estas personas tan diferentes pero tan conectadas.


Un escritor que, bajo su nombre, no vende nada y tiene que travestir su pluma para convertirse en una escritora súper ventas; una familia que está cansada de reclamarle a la vecina que sus gatos entran por la ventana y asustan a su hijo autista; un misterioso hombre de sombrero y lentes que solo parece rondar y causar problemas; un grupo de animalistas capaces de todo: estos son solo algunos de los personajes protagonistas en esta novela. A primera vista no parecen tener conexión, pero a medida que la trama avanza, no tardamos en notar que no podrían estar más enlazados.


Siempre digo que, para que un libro logre engancharme, tengo que pasar por lo menos las primeras cien páginas. Esto, en general, hace que me cueste mucho conectar con cuentos o novelas cortas. Sin embargo, no fue este el caso: con una mezcla muy rara de puntos de vista y tipos de narrador, el escritor logra atrapar casi desde el principio.


Puede llegar a ser desconcertante la cantidad de personajes que se nos presentan en un inicio, pero debo decir que me vi envuelta en la escritura del autor desde la primera conexión. Mis partes favoritas de la novela tienen que ver con la manera tan simple pero tan precisa de hilar historias que aparentemente no tienen ninguna relación.


Es un libro que sin duda destaca por su historia entretenida, intrigante y, por momentos, absurda, con una crítica sobre el mercado editorial, las ideologías radicales y un claro mensaje de: ¿el fin realmente justifica los medios?


A pesar de que el libro en sí me gustó mucho, tengo que decir que el final me pareció muy apresurado y quedaron muchas cosas en el aire, hilos sueltos que contrastan de una manera muy fuerte con lo bien hilado que está todo al principio. Esto puede justificarse perfectamente con el carácter totalmente absurdo que toma la trama en cierto punto. No estoy segura de que este cambio tan abrupto me haya terminado de gustar, aunque sin duda logra su cometido al tomar totalmente de improvisto al lector (tanto así que tuve que releer ciertas partes pensando que me había saltado algo).


Es, sin duda, una lectura que me saca de mi zona de confort y agradezco inmensamente al autor por haberme elegido para reseñarlo. Quiero pensar que, de no haber sido así, este libro hubiera llegado a mis manos de todas formas.


A rasgos generales el libro me gustó y sin duda lo recomiendo como una lectura ligera pero con un fuerte mensaje. Que me dicen ¿le darían una oportunidad?



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